Una escuela diferente
Los primeros tres meses de nuestro viaje nos llevaron a la Isla de Corón, en Filipinas. Con el espíritu aventurero en alto, alquilamos una moto y nos embarcamos en la travesía hacia el otro lado de la isla. Nuestra filosofía es simple: perdernos en la belleza natural y descubrir lugares fuera de las rutas turísticas. Kilómetro tras kilómetro, la moto nos guiaba por caminos desconocidos, revelando paisajes que no existían en ninguna guía.
Tras atravesar varios poblados, llegamos a una costa espectacular, a pie de playa, repleta de palmeras y con el sonido relajante de las olas, era el lugar perfecto para acampar. Con nuestra tienda de campaña ligera lista, preguntamos a un lugareño sobre la posibilidad de acampar en la zona. Siempre preferimos intentar hacernos entender… aunque no siempre es fácil. Su respuesta nos condujo por un sendero que nos llevó a un encuentro inesperado.
«En Ocam Ocam encontramos más que un paraíso tropical: un encuentro con la bondad y el legado transformador de Edmund y Ruth.»
Edmund y Ruth: Una pareja con una historia inspiradora
Al final del camino, conocimos a Edmund y Ruth, una pareja canadiense que construía su hogar en aquel poblado. Su historia nos cautivó: llevaban años viajando a Ocam Ocam debido a que uno de sus antepasados era de allí. Ahora, jubilados, habían decidido construir su nuevo hogar en este paraíso y con la ayuda de la comunidad, poco a poco iban adelante con la contrucción de su hogar.
Edmund y Ruth llevaban más de dos décadas visitando el lugar y, durante ese tiempo, habían dejado una huella imborrable. Entre sus iniciativas, la más significativa fue la construcción de un colegio para el pueblo. Años atrás, los niños tenían que caminar más de 8 km para llegar al colegio más cercano. La pareja, conmovida por esta situación, decidió colaborar y apoyar al pueblo en la creación de una escuela. Durante años, recaudaron dinero en Canadá para ayudar al pueblo de Ocam Ocam.
ABOVE: The next moment and without warning, the seal exploded from the water’s surface before I realized what was happening. Even though we were standing fifteen feet from the ice edge, the seal flew towards me putting his entire 600-pound mass at eye level. I only had time to raise my arm to protect my face and mutter some unintelligible expletive as his head smashed into mine. As the rest of his body hit me, I was violently thrown onto the ice. The impact knocked me down, hard.
ABOVE: The next moment and without warning, the seal exploded from the water’s surface before I realized what was happening. Even though we were standing fifteen feet from the ice edge, the seal flew towards me putting his entire 600-pound mass at eye level. I only had time to raise my arm to protect my face and mutter some unintelligible expletive as his head smashed into mine. As the rest of his body hit me, I was violently thrown onto the ice. The impact knocked me down, hard.
ARRIBA: Alumnos de diferentes edades en la escuela de Ocam Ocam durante las clases de la mañana.
Ed, con su experiencia en la construcción, trabajó hombro a hombro con los habitantes del pueblo para edificar un precioso edificio para la escuela. En el momento de nuestra visita, se encontraban reformando el edificio y, mientras tanto, las clases se impartían en la iglesia del pueblo. Nos contaron grande historias sobre el primer vehículo que trajeron al pueblo (una furgoneta para el colegio), aprendizajes durante la construcción, etc.
“Durante años Ed y Ruth estuvieron recaudando fondos para ayudar y cerar mejoras en el pueblo de Ocam Ocam”.
Durante nuestra estancia en Ocam Ocam, Edmund y Ruth nos invitaron a compartir su vida con ellos. Visitamos la escuela, charlamos con los niños y nos contagiamos de su alegría y entusiasmo. Fue una experiencia enriquecedora que nos dejó un recuerdo imborrable y una profunda admiración por esta pareja que ha transformado la vida de una comunidad.
ARRIBA: Imagenes de la reforma que se estaba realizando en el edificio escolar.
ARRIBA: Los alumnos comienzan cada día la escuela con unos estiramientos y ejercicios para activar el cuerpo y comenzar las clases más relajados.
ARRIBA: Imágenes de los alumnos dando clase en la iglesia mientras se está reparando el edificio escolar principal.
ARRIBA: Ruth y Edmund, la pareja que nos invitó, alojó en su jardín y la que participa en la vida diaria de Ocam Ocam junto con todo el pueblo.