PHILIPPINES

9°53'43.4"N 126°06'38.8"E

Caridad, el valor de la comunidad

En la isla de Siargao, en el humilde pueblo de Caridad, pudimos vivir en primera persona, la amabilidad filipina y el verdadero valor de compartir, el valor de la comunidad.

Una escuela diferente

En nuestra travesía por Filipinas, el destino nos condujo a la fascinante isla de Siargao, conocida por las legendarias olas de Cloud 9. Al ajustar nuestra ruta, llegamos a este paraíso de naturaleza exuberante y costas cristalinas, listos para vivir una experiencia auténtica.

Buscamos un alojamiento asequible, optando por una sencilla cabaña que se ajustara a nuestro presupuesto. Alquilamos una moto y comenzamos a explorar la isla a nuestro propio ritmo. Siguiendo carreteras poco transitadas, nuestra curiosidad nos llevó a un pequeño pueblo junto al mar. En este rincón, la vida transcurría pausada, con casas humildes y jóvenes disfrutando del sol en canchas de baloncesto de tierra.

«La humildad de los habitantes de Caridad al compartir su vida sencilla, refleja la belleza de compartir experiencias y construir puentes entre culturas.»

Siguiendo el sendero, llegamos a una playa de arena blanca donde la marea baja reveló piscinas naturales entre los corales. Los niños locales disfrutaban de un día de juegos acuáticos, saltando al agua y explorando la vida marina. Nos acercamos, nos invitaron a comer y, al descubrir que viajábamos con nuestra tienda de campaña, nos instaron a quedarnos.

ARRIBA: Las calles del barrio de Caridad son caminos de tierra y arena por donde los vecinos caminan, o andan en bici o moto. Cuando pasamos unos días allí pudimos disfrutar de estas imágenes de los chavales jugando en plena calle, de los vecinos sentados en los bancos conversando.

ARRIBA: Un día decidimos unirnos a los saltos y chapuzones en las piscinas naturales que se creaban al bajar la marea. Los chavales estaban entusiasmados de vernos con ellos, haciendo lo que ellos hacen. Aquí David era el foco de todas las atenciones.

ARRIBA: Después de los saltos y baños en las piscinas naturales, volvimos al barrio para una ducha, en plena calle, con un par de baldes estaba hecho, así como ellos.

La experiencia alcanzó su punto álgido cuando Alan, un joven del pueblo, nos invitó a pescar cangrejos para la cena. En la oscuridad de la noche, cruzamos la playa con linternas en mano, asombrando a los locales con nuestras habilidades de caza de cangrejos. Compartimos la cena de arroz con cangrejos con los vecinos y, durante la madrugada, nos sorprendieron con una clase improvisada de zumba en el pueblo.

«La experiencia de convivir con los habitantes de Caridad, compartir historias y comprender su perspectiva sobre la política y la sociedad, nos brindó una lección valiosa sobre la riqueza de las conexiones humanas en nuestros viajes.»

Pasamos dos días conviviendo con la comunidad de Caridad, compartiendo historias y sumergiéndonos en sus realidades. Nos informaron sobre la situación política, destacando el respaldo local a las políticas del presidente Duterte en la lucha contra el tráfico de drogas. Estas son las historias auténticas que vivimos y compartimos con los encantadores habitantes de Caridad.

ARRIBA: La segunda ocasión en que volvimos a Caridad fue con nuestra tienda de campaña que establecimos en la zona de hierba junto a la playa. Fue allí cuando un grupo de lady-boys se acercaron para charlar y conocernos. Fueron ellos quienes nos abrieron la puerta de la comunidad del barrio. En la imagen siguiente, Amaia se une a los chavales que saltaban desde lo alto de una cueva.

ARRIBA: Esta fue la cena a la que fuimos invitados nuestra primera noche en Caridad. Pero para ello, nos unimos a la expedición «caza los cangrejos». En plena oscuridad por la playa, acompañamos a los chavales más jóvenes, quienes cazaban los cangrejos con la ayuda de ¡una linterna y una chancleta! Se sorpendieron de que nosotros también atrapáramos algún cangrejo, nos dijeron: «Turists don´t do that things». 

ARRIBA: Vemos al grupo de lady-boys alejándose de nosotros atravesando la playa de Caridad en marea baja después de invitarnos a volver a visitarles. La siguiente es una imagen de una clase de zumba a las 3.00 am de la madrugada, vinieron a despertarnos a la tienda para acudir a la clase.

WRITTEN & FILMED BY

David Fernández Graña

I’m a documentary filmmaker and cinematographer with a passion for showcasing the incredible influence of education on social change. I aim to capture powerful stories that inspire positive transformations.

IMAGES BY

Amaia Maguregui

Passionate photographer with 20 years of experience, exploring the world to capture the true essence of individuals through my lens. My focus goes beyond just the photos – it’s about building meaningful connections along the way.

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